viernes, 12 de julio de 2013

Cambio total.

No recuerdo cuando ni como planté este pino con las raices abrazando esa piedra. Me imagino que pudo ser en el 96 ó 97. Sin lugar a dudas mi intención era hacer un bonsai en estilo seki-joju. Pero como ya comenté en mi primera entrada de presentación en este blog, tuve una etapa de casi ocho años de bajón en este mundillo. En el transcurso de ese tiempo, no sólo no incorporé nuevo material, sino que fuí regalando algunos a profanos en esto, con lo cual ninguno sobrevivió mas de tres o cuatro meses.
El descuido al que fueron sometidos los árboles que entonces tenía fue muy serio, con las consecuencias que eso conlleva: pérdida de forma, debilitamiento, ataque de elementos patógenos, etc.
Para mas desgracia, en el 2002 tuvimos unos días de heladas extremas (-12º) , con lo que algunas especies sensibles a esas temperaturas, a falta de alguna protección, se murieron.
Pero bueno, vamos al árbol que nos ocupa.
La primera fotografía que tengo de él fue a raiz de comprarme mi primera cámara digital.
Era el año 2005, y me planteaba deshacerme de material que me quedaba y olvidarme de este tema. ¿Sería una mala opción?


 El tiempo me ratificó en el error de haberlo hecho.
A finales de 2007 ese virus que llevamos los que estamos metidos en esto resurgió y en un primer intento de formar este árbol opté por seguir el camino que ya se había iniciado en el pasado.

Y perseveré en ese intento.


Cuanto mas lo miraba, mas horroroso me parecía. Era un pozo de defectos.
Y en un momento que se me encendió la lucecita decidí  aprovecharla.
Eliminaría casi todo menos la primera rama.
No era natural que un árbol al que le erosión y las condiciones de vida que mostraba el hecho de que sus raices estuvieran al descubierto sosteniendo su peso tuviese la típica forma de moyogui
Pasaría a ser un estio semi cascada (han-kengai).
Protegí esa rama con goma de cámara de bicicleta y la alambré para situarla en su posición correcta.

Luego vino el cambio a una maceta mas adecuada para su nuevo diseño.

Os muestro a continuación fotos de su evolución en los años que le siguieron.







En este último año de 2012 tuvo un ataque muy fuerte de cochinilla, que por no habérselo atajado a tiempo, debilitó mucho al árbol, motivo por el que lo dejé un añito libre de cualquier trabajo de formación para que recuperara su vigor.



Las torsiones mas fuertes a las que fue sometido ya están consolidadas, por lo que ahora necesita un reposicionamiento de las puntas de las ramas para perfilar la silueta de los pisos de follaje.
Podría hacerse en esta época perfectamente ya que sólo necesita torsiones mínimas, pero ese será un trabajo para otoño, unido a la eliminación de agujas viejas, lo que facilitará un alambrado mas preciso.
En ese momento volveré a subir una foto de su estado.
Un saludo para todos.