martes, 3 de julio de 2012

A toda velocidad

Desde luego, lo recomendable al recuperar un árbol, y sobre todo hablando de pinos, es dejarlo que se recupere un par de temporadas antes de comenzar su modelado.
Pero  cada árbol  es un mundo y cada uno reacciona de forma diferente a un trauma como es su extracción del suelo y adaptación a vivir en una maceta.
Este pino fue recuperado en marzo del 2009.
Es un árbol de tamaño medio , con una corteza aceptable y muy sano.

No se resintió nada y desde el principio se encontró feliz en el gallinero.
Este fue uno de los árboles de los que tuve claro lo que quería hacer con él al poco tiempo de estar conmigo.
Dado el buen desarrollo que tuvo, ese mismo otoño decidí eliminar lo que no iba a necesitar y darle algo de movimiento al último tercio del tronco.
 
En 2010 lo trasplanté y cambié de posición.
Realmente había desarrollado un cepellón que parecía el sistema radicular de un daducifolio y no el de un pino yamadori del año pasado.
Tanta fue mi confianza en él que recien trasplantado no lo protegí y el sol de la primavera estuvo a pundo de dar al traste con todo el proyecto.
Ese mismo otoño realizé su modelado.



 Y ya metido en prisas y como si fuera esto una competición de velocidad en 2011 pasó a maceta de bonsai.
 Ahora será el paso del tiempo y los cuidados los que rematen este trabajo.
Y así va en estos momentos, una gallina de 55 c. mas en mi gallinero.
 Un saludo para todos.