jueves, 31 de mayo de 2012

Mi primer esqueje de olivo.

Corría el año 1995. Llevaba poco tiempo en esto y no paraba de experimentar.
Este esqueje era un brote de la base de un olivo que había alcanzado un cierto grosor. Serré por la parte que lo unía al tronco porque en ese punto era mas grueso.
Desconocía lo del enraizado con bolsa negra. Me imagino que lo planté en un tiesto con tierra de huerto y arena de río y listo.
La primera foto que tengo es de un año después.
He comenzado a rebajar el corte superior y bajar ramas.



Por entonces me parecía un gran proyecto y aunque finalmente no lo fuera, me sirvió para aprender y descubrir una nueva manera de obtener olivos.
Los dos años siguientes le prodigué los cuidados que de aquella sabía.








Luego vino la época oscura, y permaneció casi abandonado en un rincón.
Fué víctima de numerosas plagas de cochinillas que no consiguieron acabar con él de milagro.
Con este aspecto de abandono estaba en 2005.



Desde luego, hoy  buscaría un pedazo de rama bastante distinto para esquejar.
Y así está ahora, comenzando a brotar. Espero este año compactar el verde.
A este proyecto le siguieron otros que ya os mostraré.

 
 Un saludo para todos.

martes, 29 de mayo de 2012

Mesa expositora.

Desde luego, el tener un buen amigo, es muy valioso. Y si además es carpintero es una suerte.
Este ha sido mi regalo del cumple del otro día.
Un saludo.




 

sábado, 19 de mayo de 2012

Aprovechando perejiles

Cuando comenzamos en esta aficción y salimos al monte en busca de nuestros primeros arbolitos para convertir en bonsai, cualquier plantoncillo de casi cualquier especie nos parece un hallazgo extraordinario.
Con el paso de los años se adquiere vista y carácter selectivo con el yamadori.
Cualquiera de nosostros que lleve unos añitos en esto y que haya recolectado árboles a lo largo de esos periódos sabe al primer golpe de vista descubrir las posibilidades o no de convertirlo en bonsai.
No sé lo que me llevó a mi a coger este perejil. Posiblemente haya sido en una de esas salidas al monte en las que no encuentras nada apropiado y a última hora, por no regresar de vacio, traes el arbolito que crecía al lado de donde aparcaste el coche.






Desde luego, una vez en casa, analizado el árbol, te preguntas para qué habré cogido eso.
Creo que permaneció abandonado un par de años por algún rincón, y un día me planteé la posibilidad de librarme de él para hacer sitio o intentar aprovecharlo.





Soy consciente de su carácter perejiliano, que nunca dejará de ser lo que es, pero sus 18 cm. de altura le dan una ligereza y manejabilidad, que en estos momentos me viene al pelo.
Un saludo para todos. 

lunes, 7 de mayo de 2012

La madre de mis esquejes

Probablemente los arces palmatum sean mi especie favorita de los caducifolios. Qué lástima que no se puedan recuperar en nuestros montes.
Este que os muestro comenzó como un esqueje que me regalaron en el 99. Era algo como esto.

Nunca he intentado engordarlo. Siempre ha sido cultivado en maceta de bonsai.
Toda su formación en estos años se ha limitado a pinzados. Lo he utilizado mas como fuente de esquejes para regalar y para hacer otros árboles, que en otro momento os enseñaré.
Cuando tengo la suerte (frecuente por mi zona) de que haya mucha diferencia térmica en su otoñar los arces me regalan una gama de colores realmente espectacular.

Lo suelo trasplantar cada dos años. 
Aunque todo aficionado conoce estos pasos, pongo fotos del proceso este año.
Eliminando el sustrato viejo.
Un poquito de agua a presión ayuda enormente.
Recortando un poco el flequillo.
De nuevo a su maceta.
 Bien atadito para que no se nos escape.
Una capita de musgo que ayuda a mantener la humedad y además embellece el conjunto.


 Y unos días mas tarde ocupando su sitio en el gallinero.

Ojalá os haya gustado.
Un saludo.